viernes, agosto 13, 2004

viernes.... bendito

¡Qué rápido se fue la semana! Y yo sin escribir, pinche huevon... eso seguramente están pensando, pero la verdad es que parece que el tiempo es mi enemigo, no está de mi lado, a veces he pensado que necesito que el día dure unas 48 hrs. para que rinda pero qué aburrido sería, además seguramente me estaría quejando de que debería tener 96 hrs. porque de todos modos no me alcanza, para acabar pronto: los pendientes no terminan, solo entran unos y salen otros.

¡Qué inauguración tan espectacular! No recuerdo alguna así, digo, ha habido unas muy buenas como la de Sydney, o el detalle de la flecha para encender el pebetero en Barcelona, pero yo creo que nunca una tan emotiva. Además que organización tan impecable, con unos detalles por ahi y por allá, un poco de retraso claro pero nada que ver con lo que muchos temían: que Grecia no iba a poder realizarlos, que no iban a terminar el estadio, que no iba a ir gente, tantas y tantas cosas que se dijeron y la verdad, nos callaron el hocico a todos. ¡En 2 minutos vaciaron el estanque! no estamos hablando de un chapoteadero, no, estamos hablando de un estanque con millones de litros que hacían el efecto de un espejo de agua del tamaño de un campo de futbol, simplemente impresionante. Y qué me dicen de la representación de la historia griega, la neta se me encueraba el chino a cada rato.

Definitivamente fueron especiales, todo lo que envuelve a Grecia, el regreso a casa de los juegos, la mitología, el fuego en la acrópolis. Hay que aceptarlo, Grecia ha sido durante toda su historia un pueblo excepcional, lleno de arte, arquitectura, pensamiento filosófico, político, cultural, y eso es lo que hace especial a estos juegos, a reserva de esperar a ver qué sucede pienso que estos juegos van a ser recordados durante mucho pero mucho tiempo.

Ya me siento como el pendejo que le mienta la madre a su artista favorito porque el wey no llega para que empiece el concierto, pero nomas hace falta que salga al escenario para perdonarle todo y pensar que es un semidios. Pero no, la critica al COI sigue, nomás que ya me contagié de emoción, me encantan las Olimpiadas, mucho más que un Mundial por ejemplo.

Bueno, disculpen pero tengo que irme, le deseo a todos un buen fin de semana, de corazón (efecto secundario del Prozac).

Hellas! Hellas! Hellas!